DE
B. En la inspiración verbal de
C. En la concepción virginal de Jesús, en su muerte
vicaria y expiatoria, en su resurrección corporal de entre os muertos y su
ascensión victoriosa a los cielos (Is. 7.14; Ro. 8.34 e At 1.9).
D. En la pecaminosidad del hombre que lo destituyó de la
gloria de Dios, y que solamente el arrepentimiento y la fe en la obra
expiatoria y redentora de Jesucristo puede restaurarlo el hombre a Dios (Ro.
3.23 e At 3.19).
E. En la necesidad absoluta del nuevo nacimiento por la
fe en Cristo y por el poder actuante del Espíritu Santo y de
F. En el perdón de los pecados, en la salvación presente
y perfecta y en la eterna justificación del alma recibidos gratuitamente de
Dios por la fe en el sacrificio efectuado por Jesús Cristo en nuestro favor (At
10.43; Ro. 10.13; 3.24-26 e He. 7.25; 5.9).
G.
En el bautismo bíblico efectuado por el sumergir del
cuerpo entero, una sola vez, en aguas, en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, conforme determinó el Señor Jesucristo (Mt 28.19; Ro. 6.1-6,
Ecl 2.12).
H.
En la necesidad y en la posibilidad que tenemos de
vivir una vida santa mediante la obra expiatoria y redentora de Jesús en el
Calvario, a través del poder regenerador, inspirador y santificador del
Espíritu Santo, que nos capacita a vivir como fieles testigos del poder de
Cristo (He. 9.14 e 1 Pd 1.15).
I. En el bautismo bíblico en el Espíritu Santo que nos
es dado por Dios mediante la intercesión de Cristo, con la evidencia inicial de
hablar en otras lenguas, conforme a su voluntad (At 1.5; 2.4; 10.44-46;
19.1-7).
J. En la actualidad de los dones espirituales
distribuidos por el Espíritu Santo a
K. En
L.
Que todos los cristianos comparecerán ante el
Tribunal de Cristo, para recibir la recompensa de sus acciones en favor de la
causa de Cristo en la tierra (2Co 5.10).
M. En el
juicio venidero que recompensará a los fieles y condenará a los infieles (Ap.
20.11-15).
N. en la vida eterna de gozo y felicidad para los
fieles y de tristeza y tormento para los infieles (Mt 25.46).